1 D espués de la muerte de Saúl y Jonatán, David fue a consultar al Señor y le preguntó: «¿Debo ir a alguna de las ciudades de Judá?» Y el Señor le dijo que sí, pero David volvió a preguntarle: «¿Y a qué ciudad debo ir?» Y el Señor le dijo: «Ve a Hebrón.»
Después de esto David consultó al Señor: “¿Subiré a alguna de las ciudades de Judá?” Y el Señor le dijo: “Sube.” “¿Adónde subiré?” dijo David. Y El dijo: “A Hebrón.”
2 D avid se dio prisa y fue allá, y se llevó consigo a sus dos mujeres, Ajinoán la jezreelita, y Abigaíl, la viuda de Nabal, el de Carmel.
Entonces David subió allá, y también sus dos mujeres, Ahinoam la Jezreelita y Abigail, viuda de Nabal, el de Carmel.
3 T ambién fueron con él los soldados que siempre lo habían acompañado, y junto con sus familias se quedaron a vivir en las ciudades de Hebrón.
Y David trajo a los hombres que estaban con él, cada uno con su familia; y habitaron en las ciudades de Hebrón.
4 F ue allí donde los jefes de Judá se reunieron para consagrar a David como rey sobre la tribu de Judá. Cuando David se enteró de que los habitantes de Jabés de Galaad habían sepultado a Saúl,
Los hombres de Judá vinieron y ungieron allí a David como rey sobre la casa de Judá. Y avisaron a David: “Fueron los hombres de Jabes de Galaad los que sepultaron a Saúl.”
5 l es envió el siguiente mensaje: «Que el Señor los bendiga por haber tratado con misericordia a Saúl, su señor, dándole sepultura.
Y David envió mensajeros a los hombres de Jabes de Galaad, a decirles: “Benditos sean del Señor, porque han mostrado esta bondad a Saúl su señor, y lo han sepultado.
6 Q ue el Señor los trate con la misma misericordia y lealtad, y yo mismo me comprometo a tratarlos así por lo que han hecho.
Ahora, que el Señor les muestre misericordia y verdad; y yo también les haré bien por esto que han hecho.
7 Y ahora que ha muerto Saúl, su señor, esfuércense y cobren ánimo, pues los de la tribu de Judá han resuelto consagrarme como su rey.» Guerra entre David y la familia de Saúl
Fortalezcan, pues, sus manos, y sean valientes porque Saúl su señor ha muerto, y la casa de Judá me ha ungido rey sobre ellos.” Isboset Proclamado Rey de Israel
8 P ero Abner hijo de Ner, que había sido general del ejército de Saúl, tomó a Isboset hijo de Saúl, y lo llevó a Majanayin
Pero Abner, hijo de Ner, comandante del ejército de Saúl, había tomado a Isboset, hijo de Saúl, y lo llevó a Mahanaim.
9 y allí lo nombró rey de Galaad, de Gesuri, de Jezrel, de Efraín, de Benjamín y de todo Israel.
Y le hizo rey sobre Galaad, sobre Gesuri, sobre Jezreel, sobre Efraín, sobre Benjamín y sobre todo Israel.
10 I sboset hijo de Saúl tenía cuarenta años cuando comenzó a reinar sobre Israel, y reinó dos años. Los únicos que siguieron a David fueron los de la tribu de Judá.
Isboset, hijo de Saúl, tenía cuarenta años cuando comenzó a reinar sobre Israel, y reinó dos años. La casa de Judá, sin embargo, siguió a David.
11 Y David reinó en Hebrón sobre la tribu de Judá siete años y seis meses.
El tiempo que David reinó en Hebrón sobre la casa de Judá fue de siete años y seis meses.
12 A bner salió de Majanayin hacia Gabaón, al frente de los siervos de Isboset hijo de Saúl.
Abner, hijo de Ner, salió de Mahanaim a Gabaón con los siervos de Isboset, hijo de Saúl.
13 J oab hijo de Seruyá y los siervos de David salieron y se encontraron con los hombres de Abner junto al estanque de Gabaón. Allí se detuvieron, los unos a un lado del estanque, y los otros al otro lado,
Y Joab, hijo de Sarvia, y los siervos de David salieron y los encontraron junto al estanque de Gabaón; y se sentaron, unos a un lado del estanque y los otros al otro lado.
14 y Abner le dijo a Joab: «Que se preparen tus jóvenes y vengan a luchar contra nosotros.» Joab les ordenó que se prepararan,
Entonces Abner dijo a Joab: “Que se levanten ahora los jóvenes y compitan delante de nosotros.” “Que se levanten,” respondió Joab.
15 y ambos grupos se aprestaron para la lucha. Por parte de Isboset eran doce hombres de Benjamín, y por parte de David también doce,
Se levantaron y pasaron en igual número, doce por Benjamín e Isboset, hijo de Saúl, y doce de los siervos de David.
16 y cada uno de ellos agarró a su adversario por la cabeza, le encajó la espada en el costado, y todos cayeron muertos al mismo tiempo. Por eso, a ese lugar se le llamó Jelcat Hasurín, y está en Gabaón.
Cada uno agarró a su adversario por la cabeza, y metió su espada en el costado del adversario de manera que cayeron juntos. Por eso aquel lugar fue llamado Helcat Hazurim, el cual está en Gabaón.
17 E se día la batalla fue muy reñida, y Abner y los israelitas fueron vencidos por los soldados de David.
Aquel día la batalla fue muy reñida, y Abner y los hombres de Israel fueron derrotados delante de los siervos de David.
18 E ntre los soldados de David estaban Joab, Abisay y Asael, hijos de Seruyá. Asael era tan veloz que, cuando corría, parecía una gacela en el campo.
Estaban allí los tres hijos de Sarvia: Joab, Abisai y Asael. Y Asael era tan ligero de pies como una gacela del campo.
19 Y Asael persiguió a Abner sin darle un momento de respiro,
Asael persiguió a Abner, y no se desvió ni a derecha ni a izquierda de ir tras Abner.
20 p ero Abner se volvió a verlo y le dijo: «Tú eres Asael, ¿verdad?» Y Asael le respondió: «Así es. Yo soy Asael.»
Entonces Abner, miró atrás y dijo: “¿Eres tú Asael?” “Yo soy,” respondió él.
21 E ntonces Abner le dijo: «Hazte a un lado, hacia donde tú quieras; toma a uno de mis hombres y quédate con sus despojos.» Pero Asael no le hizo caso, sino que siguió persiguiéndolo.
Abner le dijo: “Desvíate a tu derecha o a tu izquierda, apodérate de uno de los jóvenes y toma para ti sus despojos.” Pero Asael no quería dejar de perseguirlo.
22 Y Abner volvió a decirle: «Deja de perseguirme. No quiero matarte. ¿Con qué cara podría yo presentarme ante tu hermano Joab?»
Abner volvió a decirle a Asael: “Deja de perseguirme. ¿Por qué he de derribarte en tierra? ¿Cómo podría entonces levantar mi rostro ante tu hermano Joab ?”
23 P ero como Asael no dejaba de perseguirlo, Abner tomó su lanza y le clavó el revés a la altura de la quinta costilla; la lanza le salió por la espalda, y allí mismo cayó muerto. Todos lo que pasaban por allí y veían a Asael tendido, se detenían a mirarlo.
Pero él rehusó apartarse; por tanto, Abner lo hirió en el estómago con la parte trasera de la lanza, y la lanza le salió por la espalda; allí cayó, y allí mismo murió. Y todos los que venían al lugar donde Asael había caído y muerto, se detenían.
24 J oab y Abisay siguieron persiguiendo a Abner, y para cuando el sol se puso ya habían llegado a la colina de Amma, que está delante de Guiaj, junto al camino del desierto de Gabaón.
Pero Joab y Abisai persiguieron a Abner, y cuando el sol se ponía, llegaron a la colina de Amma, que está frente a Gía junto al camino del desierto de Gabaón.
25 E ntonces se reunieron los benjaminitas para perseguir a Abner; formaron un solo ejército, y se detuvieron en la parte alta de la colina.
Los Benjamitas se agruparon detrás de Abner formando una sola banda, y se detuvieron en la cumbre de una colina.
26 A llí Abner gritó a voz en cuello, y le dijo a Joab: «¿Vamos a estar siempre en guerra? Si seguimos así, el final de todos nosotros será muy amargo. ¿Cuándo vas a decirle a tu gente que deje de perseguir a sus propios hermanos?»
Abner llamó a Joab, y dijo: “¿Devorará la espada para siempre? ¿No sabes que el final será amargo? ¿Hasta cuándo esperarás para decirles que dejen de perseguir a sus hermanos?”
27 Y Joab le respondió: «Te juro por Dios que, si no hubieras hablado como ahora lo has hecho, mi gente habría perseguido a sus hermanos hasta el amanecer.»
Respondió Joab: “Vive Dios, que si no hubieras hablado, ciertamente el pueblo, después de perseguir cada cual a su hermano, no se hubiera ido hasta la mañana.”
28 Y enseguida Joab mandó tocar la trompeta, y su gente se detuvo y dejó de perseguir a los israelitas. Allí terminó la lucha.
Entonces Joab tocó la trompeta y todo el pueblo se detuvo; no persiguieron más a Israel ni continuaron peleando más.
29 E ntonces Abner y sus hombres caminaron por el Arabá toda aquella noche, pasaron el Jordán y cruzaron por Bitrón hasta llegar a Majanayin.
Abner y sus hombres marcharon toda aquella noche por el Arabá, cruzaron el Jordán, y caminando toda la mañana, llegaron a Mahanaim.
30 J oab dejó entonces de perseguir a Abner, y al contar a su ejército, resultó que faltaban Asael y diecinueve soldados de David.
Joab volvió también de perseguir a Abner, y cuando reunió a todo el pueblo, faltaban de los siervos de David, diecinueve hombres, además de Asael.
31 P or el contrario, los soldados de David habían matado a trescientos sesenta soldados benjaminitas de Abner.
Pero los siervos de David habían herido de Benjamín y de los hombres de Abner, a 360 hombres, los cuales murieron.
32 T omaron el cuerpo de Asael y lo pusieron en el sepulcro de su padre, en Belén. Luego, Joab y sus hombres caminaron toda esa noche, y les amaneció en Hebrón.
Se llevaron a Asael y lo sepultaron en el sepulcro de su padre, que estaba en Belén (Casa del Pan). Joab y sus hombres caminaron toda la noche hasta que les amaneció en Hebrón.