1 E liú siguió diciendo:
2 « Espérame un poco y yo te instruiré, porque todavía tengo razones en defensa de Dios.
3 T raeré mi saber desde lejos para atribuir justicia a mi Hacedor.
4 P orque de cierto no son mentira mis palabras: ¡Contigo está uno que es íntegro en sus conceptos!
5 » Dios es grande, pero no desestima a nadie. Es poderosa la fuerza de su sabiduría.
6 N o concede vida al impío, pero a los afligidos otorga sus derechos.
7 N o aparta sus ojos de los justos; antes bien, con los reyes los sienta en trono y los exalta para siempre.
8 A un si estuvieran sujetos con grillos, aprisionados con cuerdas de aflicción,
9 é l les daría a conocer las obras que hicieron y cómo prevalecieron sus rebeliones.
10 L es despierta además los oídos a la corrección y los exhorta a convertirse de la iniquidad.
11 S i ellos escuchan y le sirven, acabarán sus días con bienestar y sus años con dicha.
12 P ero si no escuchan, serán pasados a espada y perecerán en su falta de sabiduría.
13 » Los hipócritas de corazón atesoran para sí la ira y no clamarán cuando él los ate.
14 F allecerá el alma de ellos en su juventud y su vida entre los sodomitas.
15 A l pobre librará él de su pobreza; en la aflicción despertará su oído.
16 Y también a ti te apartará de la boca de la angustia a un lugar espacioso, libre de todo agobio, y te preparará una mesa llena de manjares.
17 M as tú te has llenado del juicio del impío, en vez de sustentar el derecho y la justicia.
18 P or eso teme, no sea que él, en su ira, te quite con un golpe que no puedas evitar ni aun pagando un gran rescate.
19 ¿ Acaso hará él aprecio del oro, de tus riquezas o de todo gran poderío?
20 N o anheles la noche, cuando los pueblos desaparecen de su lugar.
21 G uárdate de volver a la iniquidad, la cual escogiste más bien que la aflicción.
22 D ios es excelso en su poder; ¿Qué maestro es semejante a él?
23 ¿ Quién le ha trazado su camino? ¿Quién le dirá: “Eso lo has hecho mal”?
24 » Acuérdate de enaltecer su obra, la cual los hombres contemplan.
25 T odos ellos la ven; la mira el hombre desde lejos.
26 D ios es grande y nosotros no lo conocemos, ni es posible seguir el curso de sus años.
27 É l atrae las gotas de agua cuando el vapor se transforma en lluvia,
28 l a que destilan las nubes, y se vierte en raudales sobre los hombres.
29 ¿ Quién podrá comprender cómo se expanden las nubes y el sonido atronador de su morada?
30 S obre él extiende su luz y cubre con ella las profundidades del mar.
31 B ien que por tales medios castiga a los pueblos, también los sustenta con abundancia.
32 C on las nubes encubre la luz; las interpone y le manda que no brille.
33 C on el trueno declara su indignación y la tempestad proclama su ira contra la iniquidad.