W hen the servant of the man of God had risen early, and gone out, behold, an army with horses and chariots was around the city. His servant said to him, “Alas, my master! What shall we do?”
Al día siguiente, por la mañana, el ayudante del varón de Dios salió y se encontró con que el ejército había sitiado la ciudad con su caballería y sus carros de combate. Entonces fue a decirle a Eliseo: «¡Ay, señor mío! ¿Y ahora qué vamos a hacer?»
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