N ínive queda vacía, vencida, despojada. El corazón le desfallece, le tiemblan las rodillas, le duelen las entrañas, su rostro palidece.
¡Vacía está! Sí, desolada y desierta. Los corazones se derriten y las rodillas tiemblan; hay también angustia en todo el cuerpo, y los rostros de todos han palidecido.
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