P ero Namán se enojó y se fue, mientras decía: «¿Cómo? Yo pensaba que ese profeta saldría a verme, y que de pie invocaría el nombre del Señor, su Dios, y luego alzaría la mano y tocaría la parte enferma, y me sanaría de la lepra.
Naamã, porém, indignado, retirou-se, dizendo: Eis que pensava eu: Certamente ele sairá a ter comigo, pôr-se-á em pé, invocará o nome do Senhor seu Deus, passará a sua mão sobre o lugar, e curará o leproso.
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