A cualquiera de tus hijos que muera en la ciudad, lo devorarán los perros; y al que muera en el campo lo devorarán las aves de rapiña.»
Wer von Baesa stirbt in der Stadt, den sollen die Hunde fressen; und wer von ihm stirbt auf dem Felde, den sollen die Vögel des Himmels fressen.
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