P ero la mujer añadió: «Ruego a Su Majestad consultar al Señor su Dios, para que quien quiere tomar venganza no empeore las cosas matando a mi hijo.» Y el rey respondió: «Juro por el Señor que tu hijo no va a perder un solo pelo de su cabeza.»
Dijo ella entonces: Te ruego, oh rey, que te acuerdes del SEÑOR tu Dios, que no dejes a los vengadores de la sangre aumentar el daño con destruir a mi hijo. Y él respondió: Vive el SEÑOR, que no caerá ni un cabello de la cabeza de tu hijo en tierra.
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