T e castigará tu propia maldad, y tus apostasías te condenarán. Reconoce, pues, y ve que es malo y amargo el dejar al Señor tu Dios, y no tener temor de mí —declara el Señor, Dios de los ejércitos.
O seu crime a castigará e a sua rebelião a repreenderá. Compreenda e veja como é mau e amargo abandonar o Senhor, o seu Deus, e não ter temor de mim”, diz o Soberano, o Senhor dos Exércitos.
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