E ntão Jeoiada, o sacerdote, deu ordem aos centuriões que comandavam as tropas, dizendo-lhes: Tirai-a para fora por entre as fileiras, e a quem a seguir matai-o ã espada. Pois o sacerdote dissera: Não seja ela morta na casa do Senhor.
Pero el sacerdote Joyadá dio órdenes a los jefes de centenas que gobernaban el ejército, y les dijo: «¡Échenla fuera del recinto del templo! A quien la siga, ¡mátenlo a filo de espada.» Y es que el sacerdote había ordenado que no la mataran en el templo del Señor.
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